Descripción
El bruxismo es el trastorno involuntario de apretar, rechinar y rastrillar los dientes entre sí. Puede darse tanto en el día como en la noche, siendo en la noche más frecuente.
Quienes lo padecen, pueden estar sufriendo trastornos del sueño como lapsos de interrupción en su respiración mientras duermen (apnea del sueño), despertares repentinos y otras afectaciones en su calidad de vida como dolores de cabeza frecuentes.
La buena noticia es que existe tratamiento para el bruxismo. Por eso, te recomendamos que aprendas a identificar los síntomas del bruxismo, para que tomes cartas en el asunto y consultes a un odontólogo. El puede hacer un diagnóstico e implementar un tratamiento para este trastorno.
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Causas
Aún con los estudios actuales, los médicos no encuentran una causa exacta del bruxismo. Sin embargo, se han logrado asociar múltiples causas, siendo el estrés y los problemas del sueño las más relacionadas.
Estas son las causas más asociadas:
- Estrés y ansiedad: Son las causas más comunes.
- Mala alineación dental y mala oclusión dental: Cuando los dientes no encajan bien, pueden presionar más de lo debido.
- Problemas de sueño: Interrupción de la respiración durante el sueño (apnea).
- Sustancias estimulantes: La cafeína, el alcohol y el tabaco pueden influir negativamente, ya que suelen alterar los ciclos de sueño y aumentar la actividad muscular en la mandíbula.
- Dificultad para relajarse
- Máxima concentración: Durante el día en actividades como lectura, ver tv y trabajar frente a las pantallas.
Síntomas
Los síntomas del bruxismo suelen ser claros y evidentes. Algunos puedes verlos y sentirlos tú mismo como el dolor muscular. Otros pueden ser descubiertos por tu pareja o familiares mientras duermes como es el sonido al rechinar los dientes.
En los casos de bruxismo severo, los síntomas son muy fuertes y pueden llegar a afectar la calidad de vida.
Estos son los síntomas más frecuentes:
- Dolor facial: Una sensación de tensión o molestia al despertar algunos días y cansancio de los músculos faciales.
- Dolores de cabeza: Frecuentes también al despertar.
- Ruido al dormir: Si rechinas los dientes por la noche, alguien podría escucharlo mientras duermes (tu pareja o padres o hijos).
- Desgaste dental: Los dientes se van desgastando con el tiempo por el rechinar y roce intenso de los dientes superiores con los inferiores.
- Dolor de oído: Descartando problemas de infección, el dolor de oído puede originarse del bruxismo.
- Heridas o trauma en la parte interna de las mejillas: Se ve como una huella que dejan los dientes en estas mucosas de la mejilla.
Factores de riesgo
El bruxismo puede aumentar las posibilidades de aparición según los siguientes factores de riesgo:
Medicamentos y enfermedades neurológicas. Algunos antidepresivos y otros medicamentos pueden causar bruxismo como efecto secundario. Además, ciertas condiciones neurológicas, como la enfermedad de Parkinson, también están asociadas con este hábito.
Personalidad y estilo de vida. Personas con personalidades competitivas, hiperactivas o que tienden al perfeccionismo suelen estar en mayor riesgo, especialmente si tienen dificultades para relajarse.
Consecuencias
El bruxismo puede tener diversas consecuencias, especialmente si no se trata a tiempo. Las principales suelen ser:
Dolor en la mandíbula. También conocido como dolor miofascial.
Trastornos de la articulación temporomandibular. Pueden aparecer ruidos, chasquidos y crepitaciones en la ATM, así como bloqueos al abrir y cerrar la boca.
Daños en los dientes. El desgaste produce sensibilidad dental y también favorece la aparición de caries.
Problemas auditivos. La tensión en los músculos de la mandíbula y la ATM puede causar zumbidos en los oídos o incluso pérdida de audición leve en algunos casos.
Problemas de sueño. El bruxismo altera la calidad del sueño, dificultando un descanso reparador y causando despertares frecuentes.
Dolor en el cuello y hombros. La tensión de los músculos faciales puede extenderse a los músculos del cuello y los hombros, generando molestias en esas áreas.
Prevención
Manejar o controlar el estrés, practicar deporte, hacer ejercicio, dormir lo suficiente y crear una rutina de sueño regular puede ayudar o disminuir la intensidad del bruxismo.