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Halitosis

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Halitosis

Descripción

La halitosis es el olor desagradable en el aire de una persona al exhalar. Este problema suele generar incomodidad. Y no solo eso, también puede producir un impacto negativo en la vida social y profesional de quienes lo tienen.

Tanto adultos como niños también pueden sufrir de halitosis. No es contagiosa, sin embargo, el contacto cercano con alguien que tiene mal aliento puede ser incómodo.

Causas

En ocasiones la halitosis puedes controlarla tú mismo. De no ser así, te explicamos las causas más comunes para que puedas buscar ayuda profesional:

1. Causas Orales

Gran parte de los casos de halitosis se deben a problemas dentro de la cavidad bucal. Entre las causas más comunes se incluyen:

  • Placa bacteriana: La acumulación de bacterias en los dientes, encí­as y la acción de las mismas descomponiendo restos de alimentos, producen compuestos de azufre que generan mal olor.
  • Enfermedades de las encías: La gingivitis y la periodontitis, pueden provocar mal aliento debido a la inflamación y el daño en los tejidos que liberan gases sulfurados.
  • Caries: Las caries acumulan restos de comida se descomponen, lo que causa mal olor.
  • Lengua saburral: La acumulación de una capa blanca o amarillenta en la lengua, conocida como saburra, retiene bacterias y restos de alimentos que causan mal aliento.

2. Causas de Salud General

Además de las causas orales, ciertos problemas médicos pueden contribuir a la halitosis:

  • Problemas digestivos: Trastornos como el reflujo gastroesofágico o la dispepsia pueden hacer que los ácidos del estómago suban a la boca, produciendo mal olor.
  • Infecciones respiratorias: Las infecciones de las vías respiratorias, como sinusitis, enfermedades de las amí­gdalas (amigdalitis) o bronquitis, pueden producir un mal aliento debido a la acumulación de mucosidad y la presencia de bacterias.
  • Enfermedades sistémicas: Algunas enfermedades crónicas, como la diabetes o problemas renales y hepáticos, pueden alterar el metabolismo del cuerpo y causar olores fuertes que se manifiestan a través de la respiración.

3. Factores Alimenticios y Hábitos

Ciertos alimentos y hábitos también influyen significativamente en la aparición de la halitosis:

  • Alimentos como el ajo y la cebolla: Contienen compuestos sulfurados que se absorben en el torrente sanguíneo y, una vez metabolizados, se eliminan a través de la respiración.
  • Tabaco y alcohol: Fumar y beber alcohol resecan la boca y aumentan la proliferación bacteriana, lo que agrava el mal aliento.
  • Boca seca (xerostomí­a): La falta de saliva facilita el crecimiento bacteriano y la acumulación de residuos, lo que aumenta el riesgo de halitosis.

Síntomas

Los síntomas más frecuentes son:

Mal olor persistente en el aliento. El síntoma principal de la halitosis es un aliento desagradable que se percibe de forma continua o en momentos especí­ficos.

Sabor desagradable en la boca. Algunas personas pueden notar un sabor persistente, que generalmente es amargo o metálico.

Sequedad bucal. La disminución de saliva en la boca es común y puede agravar el mal aliento.

Capa blanca en la lengua. En ciertos casos, la lengua presenta una capa blanca, lo cual indica una acumulación de bacterias y residuos alimenticios.

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Factores de riesgo

Los factores que pueden aumentar la probabilidad de desarrollar halitosis incluyen:

Higiene bucal inadecuada. Una limpieza dental deficiente permite la acumulación de placa y bacterias en dientes, encías y lengua, contribuyendo al mal aliento.

Hábitos de alimentación. Dietas ricas en alimentos que producen olor, como cebolla, ajo, o especias intensas, favorecen el mal aliento. Asimismo, dietas muy bajas en carbohidratos también pueden causar un aliento «cetónico», caracterizado por un olor dulce.

Consumo de tabaco y alcohol. Tanto fumar como beber en exceso incrementan la sequedad en la boca y favorecen el desarrollo de bacterias que producen mal olor.

Boca seca. Las personas que sufren de xerostomía (sequedad bucal) por causas naturales o debido a medicamentos tienen una menor cantidad de saliva, lo cual facilita la acumulación de bacterias que generan malos olores.

Problemas dentales y de encías. Condiciones como la caries dental, gingivitis o enfermedad periodontal aumentan la cantidad de bacterias en la boca y pueden producir halitosis persistente.

Condiciones médicas subyacentes. Trastornos como infecciones en las vías respiratorias, reflujo gastroesofágico, sinusitis crónica y diabetes pueden contribuir a la halitosis.

Complicaciones

Aunque la halitosis no suele tener complicaciones físicas graves, sé­ puede traer consecuencias a nivel social y emocional. Las principales complicaciones son:

Impacto en la autoestima: Las personas con halitosis persistente pueden experimentar una disminución en su autoestima debido a la ansiedad y la preocupación por su aliento.

Problemas en las relaciones personales: El mal aliento puede dificultar las relaciones sociales e incluso afectar el desarrollo de vínculos í­ntimos y profesionales.

Severidad en enfermedades bucales: La halitosis puede ser indicativa de problemas dentales y de encí­as no tratados, que podrían progresar a condiciones más graves como periodontitis o abscesos.

Prevención

Prevenir la halitosis requiere de una combinación de buenos hábitos de higiene bucal y un estilo de vida saludable. A continuación, se presentan las medidas más efectivas para evitar el mal aliento:

  • Higiene Bucal: El tiempo entre comidas generalmente es de 5-6 horas, tiempo suficiente para que se forme la placa bacteriana. Si te cepillas los dientes después de cada comida, puedes evitar el mal aliento. También refuerza tu higiene con uso de hilo dental mí­nimo 1 vez al día.
  • Mantener la Boca Hidratada: Beber suficiente agua y masticar chicles sin azúcar estimulan la producción de saliva, evitando la boca seca, una causa frecuente de halitosis.
  • Dieta Balanceada: Evitar alimentos de olores fuertes y aumentar el consumo de frutas y verduras frescas, que limpian la boca de forma natural.
  • Visitas Regulares al Dentista: Realizar chequeos y limpiezas dentales profesionales dos veces al año permite detectar problemas dentales que podrían causar mal aliento.
  • Limpieza de prótesis dentales y aparatos dentales: Limpia y desinfecta tus prótesis dentales, así­ como aparatos de ortodoncia removibles. Con brackets utiliza hilo dental especí­fico con enhebradores para una limpieza eficaz.
  • Tratar Condiciones Médicas Subyacentes: Controlar enfermedades crónicas como la diabetes o el reflujo gastroesofágico puede prevenir la halitosis asociada a estos problemas.
  • Uso de Enjuagues Bucales: Enjuagues antibacterianos con clorhexidina o zinc, bajo supervisión profesional, ayudan a reducir las bacterias que causan el mal aliento.
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Autor:

Dr. Jhon Rojas

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